La economía española ha crecido en los últimos 8 años. Eso es innegable. Pero, ¿ha crecido de forma saludable y ordenada o más bien ha crecido de forma descontrolada y salvaje, como un cáncer? En este artículo doy las claves para comprender como de mal han hecho nuestros políticos, de uno y otro signo, las cosas y cuanto daño nos va a causar la enfermedad que ya tenemos encima.
Existen al menos 5 indicadores que apuntan una crisis venidera para España en 2008:
1) El agotamiento de nuestro modelo de crecimiento o crecimiento en falso. La economía española ha registrado un aparentemente sano crecimiento en los últimos años gracias al buen comportamiento de la construcción y del consumo. El modelo es simple. La generación del baby-boom (nacidos antes de 1977) se casó con retraso y empezó a comprar viviendas justo en un momento en que se producía una mejoría natural del ciclo económico (a partir del 1998). La compra de viviendas incentivó el sector de la construcción que a su vez demandó más profesionales (mano de obra extra-comunitaria en muchos casos) que a su vez compraron más viviendas. Las viviendas fueron consideradas por el inconsciente colectivo español como un bien siempre seguro y atractivo, lo que incrementó su valor de mercado. Este fenómeno generó una espiral creciente de creación de viviendas e incremento del número de trabajadores, lo que finalmente benefició a la construcción, al crédito hipotecario y al consumo. Se habla de una construcción de casi 750.000 viviendas por año y un incremento de población por migración de hasta 6 millones de individuos en seis años. A millón por año. Se trata de un modelo de crecimiento desordenado (cancerígeno) que se comporta como una pirámide que se auto-consume por saturación. Actualmente el mercado inmobiliario (auténtico motor del PIB en los últimos años) está frenando bruscamente y el consumo (otro pilar de nuestra economía) está sufriendo una dura corrección.
2) La bajísima productividad de nuestra economía. El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, advierte a España de que nuestra productividad laboral es 'muy insatisfactoria' y que no se corresponde con la de un país industrializado, sino más bien con la de un país rural o en vías de desarrollo. Hacen falta reformas troncales muy profundas para no perder el tren de la competitividad, reformas que precisamente no se están siquiera planteando nuestros políticos. Estas mejoras pasan por producir bienes tecnológicos elaborados que ayudarán a España a abrirse paso en mercados internacionales a los que los países emergentes no puedan acceder en igualdad de condiciones por no estar preparados para producirlos.
3) El euro caro e inflacionista. La moneda común penaliza parte de las exportaciones españolas, ya de por sí bajas, porque encarece nuestros productos respecto al dólar, además de eso, su implantación ha generado una inflación escondida, no reconocida por los políticos, que frena el consumo. La inflación, se situó en el 4,3% en diciembre y por tanto está 'desbocada'. Recordemos que el diferencial de inflación con la eurozona alcanzó en diciembre 1,2 puntos.
4) El excesivo precio de la vivienda frena la capacidad de creación de empresas por parte de los jóvenes y frena además la inversión en tecnología de los empresarios. Los jóvenes se vuelven económicamente conservadores y se ven obligados a huir de la creación de empresas y negocios por el tremendo riesgo que conlleva. Un negocio fallido puede ser un golpe económico del que un joven endeudado no se recupere jamás. Los empresarios han apostado por la construcción más que por el desarrollo de una tecnología española propia por una simple cuestión de rentabilidad cortoplacista. Además, el precio desaforado de las viviendas ha provocado un excesivo endeudamiento de las familias. Muchas hipotecas concedidas están fuera del alcance real de las posibilidades de pago de los hipotecados. Los bancos han hecho políticas arriesgadas e irresponsables de concesión de créditos. Se prevé por tanto un aumento de la morosidad y de nuevo un frenazo del consumo
5) Miopía política. Los políticos han aplicado modelos cortoplacistas que les han permitido llegar a las siguientes elecciones. Sucede que el largo plazo ya está aquí y ha venido para ejecutarnos. Los poderes públicos que deberían hacer de la vivienda un bien al alcance de todos se han convertido en los actores más especuladores de este juego de capitalismo salvaje. En especial la Administración local ha especulado descaradamente con el precio del suelo. El IPC ha pasado a ser un invento del gobierno para bajar los salarios. Y la moderación salarial es la fórmula mágica que usan los políticos para calmar todos los males económicos. La deslocalización ha hecho estragos entre nuestras empresas porque muchos empresarios han dejado nuestro país buscando otros países con menos presión impositiva.
Cada uno de estos 5 factores por sí solos podrían desencadenar una crisis más o menos intensa. Nosotros los tenemos todos juntos aquí y ahora.
¡Agárrense a Junior muchachos que vienen las curvas!
2 comentarios:
Dudo mucho que tengamos políticos capaces de extirpar este cancer que han creado.
Ahora lo quieren solucionar echando a inmigrantes... tan buenos que eran para la economía... (nótese la ironía) , ¿no, ZP, Rajoy, Llamazares, Carod, etc.?
http://www.lavanguardia.es/lv24h/20080108/53424456007.html
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